www.paquebote.com > RAE
«Me caía muchas veces, pero me levantaba enseguida». Sonia, una entrenadora de caballos de carreras del Medio Oeste americano, relata su vida. Su voz es auténtica y su historia transporta con exactitud y viveza al reducido y casi insular círculo hípico de los ranchos, las pistas, los establos y los premios. Quien la escucha de cerca, quien la entrevista durante años, anota cada detalle y extrae lo esencial, es Kathryn Scanlan, autora de este libro. Con gran destreza, como si empuñara un bisturí, la escritora se acerca al núcleo emocional de cada secuencia, le restituye su tono y su verdad y nos la ofrece en una prosa brillante, condensada, pura.
Y es esa prosa destilada la que nos impacta: un destello y de pronto Sonia está aquí, sentada a nuestro lado, cercana, imperfecta y generosa, luchadora y tenaz. Nos habla de su infancia dura y humilde, de su vínculo mágico con los caballos, de las caídas y de las noches en caravanas cochambrosas para poder asistir a una carrera. Narra lo difícil, lo violento que resulta para una mujer hacerse un hueco en el hipódromo: las disputas, el abuso, el ingenio, la perseverancia; la enfermedad, las trampas y los golpes, pero también el compañerismo y la exultante felicidad del triunfo.
Una novela que se lee a toda brida y que nos revela un mundo despiadado y fascinante, a la vez que el viaje de una mujer que toma las riendas y se enfrenta a todos los obstáculos: una vida cotidiana que, narrada con una frescura y una belleza inusitadas, se convierte, simplemente, en extraordinaria.
En 1857, Tolstói asiste por casualidad en París a una ejecución pública. Aquel hecho, trivial en la época, supuso para el escritor la caída de un velo. Ese mismo día escribe a un amigo, le relata el terrible espectáculo y concluye: «La verdad es que el Estado es una conspiración diseñada no sólo para explotar, sino sobre todo para corromper a sus ciudadanos. De ahora en adelante, nunca serviré a ningún gobierno en ninguna parte». Había nacido un nuevo Tolstói. Pero el camino será largo.
Cuatro años después, visita al gran pensador anarquista Pierre-Joseph Proudhon, exiliado en Bélgica. Ambos pasan noches enteras hablando. Bajo su influencia, Tolstói regresa a Rusia y decide asentarse en el campo, donde acaba de abolirse la servidumbre, en busca de una vida más honesta y con un mayor compromiso social.
Sin embargo, un día regresa a Moscú. Y lo que encuentra allí supera to do lo imaginable. Es un viaje al otro lado de la realidad. Es el viaje que se cuenta en este libro y que convirtió al gran literato que había sido hasta entonces en el intelectual revolucionario que fue hasta su muerte. Un libro-bisagra. Un libro-dinamita. Como un fantasma incrédulo, Tolstói nos cuenta su recorrido por los barrios más pobres de la ciudad, las viviendas obreras, los hospicios, los asilos y los arrabales. Su conciencia social toma por primera vez forma: el dolor, el sufrimiento y la injusticia innombrables que contempla hacen masa con su propia carne.
Al principio, nos relata, el despertar de esa nueva conciencia le llevó a torturar a sus amigos para obtener de ellos dinero para los más desfavorecidos. Pero poco a poco fue interiorizando un análisis mucho más radical: su aportación no podía centrarse en obtener limosnas, sino en ofrecer una teoría perfectamente sólida y capaz de avalar una transformación completa de la sociedad que hiciera auténtica justicia para todos los seres humanos. Así la dejó escrita en este libro y hoy sigue siendo tan válida o más que entonces.
Tan talentosa como ingenua, con apenas veinte años y recién casada, Alison vive en el tranquilo pueblo costero de Bridport, en Dorset, al sur de Inglaterra, donde es moderadamente feliz y también está moderadamente insatisfecha. Un día, en la biblioteca pública, un encuentro casual con un pintor maduro y afamado le hace replantearse su lugar en el mundo y finalmente abandonar las convenciones y sus raíces de clase trabajadora por la trepidante y exclusiva escena artística del Londres de finales de los ochenta. Al tiempo que la emoción del romance bohemio se diluye sin remedio en la decepción, Alison va descubriéndose y abriéndose camino gracias al arte, la belleza y la amistad. Exquisito en cada una de sus páginas, «Alison» es un testimonio sobre el derecho a elegir tu vida, una reflexión delicada y desgarradora acerca de los vínculos entre mujeres, el fulgor de la gran ciudad y la sosegada luz de lo rural, la lucha constante que conlleva ser artista y mujer dentro de los límites del patriarcado, y el deseo de cambiar y dejar huella. Una fascinante e íntima novela gráfica de formación, cuyo guión bien podrían haber firmado Edna O'Brien o Rosamond Lehmann, con trazos que derrochan sensualidad y frescura.
Combinando arte y ciencia, los bellísimos y detallados dibujos de Julia Rothman examinan los aspectos más fascinantes de la vida salvaje que nos rodea.
Es el momento de rendirse a lo salvaje. Monos, gorilas y orangutanes; lobos, leones y tejones; jirafas, cebras y elefantes; serpientes, sapos y salamandras. Desde los desiertos más extremos hasta las junglas más exuberantes, pasando por montañas, bosques, ríos y océanos. Embárcate en un viaje alrededor del mundo y, al tiempo que disfrutas con sus minuciosas y originales ilustraciones, descubre todas las curiosidades del reino animal: la anatomía detallada de la garra de un felino, las intrincadas relaciones sociales de los primates o las increíbles capacidades regenerativas del ajolote... Aprende sobre la portentosa inmensidad de la vida salvaje de nuestro planeta con este libro: un auténtico tesoro que promete nuevos hallazgos cada vez que se hojeen sus páginas.
Octubre y su padre viven en el bosque. Octubre está a punto de cumplir once años y es feliz en la naturaleza. Habitan una cabaña que su padre ha construido y conoce los árboles, las piedras, el lago y las estrellas como la palma de su mano.
Así son las cosas y así deberían seguir siendo. Hasta el día en que Octubre cumple once años. Es el año en que Octubre rescata una cría de lechuza. El año en que su padre cae del árbol más alto del bosque y tiene que ir al hospital. El año en que la mujer que dice ser su madre, y que se marchó cuando ella tenía cuatro años, vuelve.
El año en que todo cambia.
Escrito con el bellísimo estilo de Katya Balen, una prosa lírica que arrulla los pensamientos de Octubre, esta novela es una historia de reconstrucción repleta de sensibilidad, de relaciones irrompibles que se afianzan a la luz de una hoguera, de lazos rotos que se estiran para volver a unirse, de cuidados y de crecimiento, de ir hacia delante para comprender que queremos retroceder, de desandar nuestros pasos con la mochila llena de cosas nuevas... Una novela de la que no saldrás indemne.
Tamara Petkévich gozó de una infancia privilegiada en la hermosa aunque empobrecida Petrogrado de los primeros años del régimen soviético, en el seno de una familia de convicciones revolucionarias afiliada al Partido Comunista Bolchevique. Aun así, cuando tenía diecisiete años, el vértigo innombrable de la Gran Purga arrastró a su padre hasta el centro de su vacío. Una vez que lo arrestaron, toda la familia pasó a engrosar la categoría de «enemigos del pueblo». Por eso, años más tar de, Tamara fue condenada a siete años de trabajos forzados en el gulag. En su descenso desbocado hacia el abismo conoció todos los círculos del infierno estalinista, sobreviviendo en condiciones indescriptibles, sometida a una lógica despiadada y demencial que había decidido de antemano quién era culpable.
Fueron muchas las tareas que desarrolló durante su estancia en el gulag: controladora de producción en una fábrica, miembro de una brigada de cantera, enfermera... No obstante, si bien Petkévich se hizo actriz profesional años después de su liberación, fue en los escenarios de los campos donde aprendió su oficio. El suyo es un relato único que da testimonio del poder del arte para salvar vidas. Petkévich pasa de una dificultad a otra sin perder jamás su coraje, su deseo de vivir y su capacidad de amar.
Con una mirada casi cinematográfica y una narración impecable, esta obra trepidante nos hace testigos directos de su lucha, y la de muchos de sus compañeros, por preservar la dignidad en las tinieblas del gulag. Con una franqueza fuera de lo común, nos transmite el más vívido recuerdo de quienes la rodearon: desde la traición de los más cercanos a la inestimable y desinteresada ayuda de algunos extraños. Reveladoras, hermosas e inteligentes, estas memorias no son un mero registro de primera mano de las atrocidades cometidas en la Rusia estalinista, sino también un testimonio urgente del rechazo radical a cualquier dictadura.