Ferreira Gullar recopila en "Murmullos" ("Barulhos", 1987) poemas escritos en la década de los ochenta que hablan sobre la creación del poema o la evolución del pensamiento en medio del camino recorrido cuando se recuerda la ausencia de los amigos y, de fondo, se escucha la música de la calle.
Con palabras precisas, con una poesía cercana que recupera el habla popular, con imágenes rotundas, el verso de Ferreira Gullar aspira a una forma esencial que con naturalidad muestra el paso del tiempo en un mundo, que como nos dice el poeta, «es demasiado real para pensar que se trata de un sueño».
José de Ribamar Ferreira (São Luís do Maranhão, 1930), más conocido como Ferreira Gullar, nace en el seno de una familia humilde y en 1951 se traslada a Río de Janeiro, donde comienza a escribir una poesía que condensa diferentes estilos y épocas, hasta convertirse en uno de los poetas más grandes de Brasil.
En su trayectoria destacan ante todo dos libros: "A luta corporal" (1954), que representa la explosión de un vigoroso talento poético que sigue la vanguardia más lúdica, y "Poema Sujo" (1976), un largo poema dramático donde la conciencia de la realidad supera las apariencias estéticas de la primera época.
Posteriormente, Ferreira Gullar recopila en "Murmullos" ("Barulhos", 1987) poemas escritos en la década de los ochenta que hablan sobre la creación del poema o la evolución del pensamiento en medio del camino recorrido cuando se recuerda la ausencia de los amigos y, de fondo, se escucha la música de la calle.

Stéphane Mallarmé (1842-1898). A los veinte años, coincidiendo con sus primeras publicaciones, elige el camino de la enseñanza pública como modo de vida. Admirador precoz de Baudelaire y Poe, en 1866 sufre una profunda crisis religiosa que le conducirá a perder la fe y sustituirla por la verdad de la poesía.
Sobre este descubrimiento surge una nueva poesía que abandona los procedimientos tradicionales de la representación mediante una renovación del lenguaje, basada en la alusión y la sugestión, reconocida como «simbolismo», que revela el significado del mundo a través del pensamiento poético.
Su obra destaca por títulos como "Album de vers et de prose" (1887), "Pages" (1891), "La Musique et les Lettres" (1895) y "Divagations" (1897). Pero antes, a raíz del fallecimiento de Anatole, con el fin de salvar su memoria, Mallarmé escribe en 1879 unos doscientos fragmentos que transmiten el dolor del poeta, que como padre se siente culpable por la muerte de su hijo.
"Para una tumba de Anatole" es una obra íntima con un lenguaje abrupto que, pese a todo, mantiene el sentido con frases desnudas que suenan como suspiros del corazón. Impulsos atormentados surgen en estado puro a través de una poesía esbozada para una obra futura que, en el límite de una sensación física cercana al abismo, Mallarmé abandonó.

En un gris amanecer, Onetti anuncia la peor de las noticias. En el remoto despacho de una biblioteca, Jorge Luis Borges pronostica el destino de su admirador más devoto. En un pueblo sin nombre, Scott Fitzgerald intenta escapar de las fauces del fracaso en manos de una camarera llamada Alicia.
Rubén Loza Aguerrebere ha reunido en "Morir en Sicilia" un conjunto de relatos donde realidad y ficción, fantasía y verdad, se abrazan para rendir homenaje a algunos maestros indiscutibles de la narrativa del siglo XX.
Las sombras de Hemingway, Baroja o Graham Greene conviven con personajes anónimos que nos cuentan el momento clave de su vida: el joven marido incapaz de refrenar la ira de sus celos o el aprendiz de escritor que recorre París buscando las huellas de su maestro.
Con un estilo suave, limpio y sereno, pleno de música y sensibilidad, el lector se dejará atrapar por la elegante perfección formal de estos relatos en los que Loza Aguerrebere convence a todos de que la literatura también puede ser ese espejo que se pasea por nuestros sueños, recuerdos, lecturas y visiones.
Rubén Loza Aguerrebere (Minas, Uruguay, 1945) es columnista de libros y opinión de "El País de Montevideo", colaborador de "ABC Cultural" de Madrid y columnista de "Libertad Digital" de Madrid. Consejero cultural, fue vicepresidente de la Radio y Televisión de Uruguay desde 1990 hasta 1995, y profesor. Sus conocimientos de las letras y la realidad latinoamericana le llevan a menudo a universidades de Estados Unidos, España, Argentina y Brasi. Ha escrito dieciséis libros: colecciones de cuentos, ensayos y novelas. Es considerado uno de los autores de relato breve más significativos de Iberoamérica. Traducido al inglés, sus cuentos figuran en cursos de universidades americanas. Ha obtenido el Premio Municipal de Literatura de Montevideo, el Premio del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay y el Premio Borges en Buenos Aires.

Henrik Nordbrandt (Copenhague, 1945) es un poeta que abandona su país y viaja por el mundo viviendo para la literatura y, en especial, para la poesía. En el itinerario, la vida se cuestiona con las palabras que terminan golpeando a uno. Pero Nordbrandt suaviza el peso de la existencia con el poder sugestivo de la poesía ante los episodios biográficos.
Escrito en 1984 y publicado en 1999, 84 digte (84 poemas) refleja una geografía que incorpora lugares exóticos, historias cotidianas que se mezclan con reflexiones sobre la utilidad de la palabra en un tiempo que se proyecta con la suficiente sensualidad como para plasmar la belleza de la vida.

En ocasiones aparecen libros inclasificables, híbridos extraños que no encajan en ninguna de las categorías de la crítica literaria al uso. Todavía más extraño es encontrar en esos textos alguna idea nueva, cierta frase, un párrafo que acaso se aleje del tópico, de lo políticamente correcto.
"Retazos de la Red" es uno de esos libros. Su autor, Juan Ibarrondo, no dejará indiferente al lector con un ensayo sobre nuestro tiempo que utiliza claves literarias, de literatura de anticipación, para incitar al pensamiento.
Además, la obra se lee como una novela que bebe tanto de la narrativa de aventuras como de la ciencia-ficción o las parábolas bíblicas modernas. Una civilización se derrumba y un nuevo mundo emerge. Una visión crítica de nuestra sociedad da paso al relato de su irremisible caída.
"Retazos de la Red" constituye una reflexión sobre la utopía que incluye una cínica carga de profundidad. Una novela destinada a convertirse en obra de culto para las mentes perdidas de este milenio confuso e inquietante que recién estrenamos.
Juan Ibarrondo Nace en 1962. Estudió Psicología en la Facultad de Zorroaga de San Sebastián y fue impulsor de la revista Resiste y de la librería gasteiztarra Zuloa (premiada por el Ministerio de Cultura por su labor de difusión cultural); en ella trabajó durante trece años, a lo largo de los cuales también colaboró en diversos medios de comunicación realizando tareas de crítica literaria. Siempre relacionado con el periodismo, tanto en su faceta escrita como radiofónica, lleva trabajando más de diez años en Hala Bedi Irratia, la pionera radio libre de Vitoria-Gasteiz. Buen conocedor de la realidad indígena americana, fue uno de los fundadores del Centro de Documentación Indígena, viajó por distintos países de Mesoamérica y la zona andina, y es colaborador de la revista mexicana La Guillotina. En 2003 publicó su primera novela, Vivos Muertos y Viajeros, que recrea la década de los ochenta en Euskal Herria.

Un presente negado, una ciudad prohibida, un mapa cruel; la historia de ese hombre que M. acaba de conocer se le escurre entre los dedos, igual que peces vivos. ¿Qué significan la indumentaria extravagante, los paseos que se repiten al detalle, las extrañas compañías?
Pero a M. el encuentro con ese hombre le permitirá también descubrir el amor y una forma inesperada de deseo; y le proporcionará el argumento para componer su primer disco. Diez canciones que irán desvelando el misterio.
Una novela de cebos y capturas, escrita en un estilo tenso y afilado, como un anzuelo.
«Una historia de deseo y de pasión, de lucha y
de soledad en la envolvente inspiración del agua».
ROSA REGÁS

La obra común es un lugar de encuentro, de teoría y práctica poética, en una antología impulsada por la revista Atelier, que ha dedicado una atención especial a las últimas generaciones de poetas italianos que, con sus nuevas propuestas, se apropian de la realidad.
La denominada “Generación Decisiva”, la de los poetas nacidos en los años setenta, imprime un nuevo carácter a la poesía italiana desde el momento en el que la palabra poética nombra los objetos y describe los gestos, enumera las cosas y los hechos para profundizar con total autonomía en la vida.
Esta renovación se entiende en la manera de hacer poesía en la época contemporánea, en la confrontación con la tradición y la estrecha relación entre arte y vida, entre la palabra y los objetos, porque sólo la poesía puede volver a decir “lo que somos y lo que queremos”.
La atención por el presente, los problemas de la escritura poética, el sentido del peso de la palabra y la musicalidad del verso desfilan ante nuestros ojos junto a los distintos paisajes y mundos que cada poeta registra con su voz en esta conciencia poética generacional que es La obra común.
Traducción: Andrea Livini y Joaquím Brotons.

Hay un cansancio de vivir que recuerda al de la roca que se desgasta lentamente a cada embate de las olas. En la costa atlántica de Andalucía, al borde mismo del mar, una mujer que ha perdido casi todo busca en la mitad de su vida una tabla de salvación.
Julia acaricia un nuevo comienzo que exige más fuerzas y más deseo de los que ella misma es capaz de ofrecer. ¿Qué espera encontrar una profesora sin rumbo en Hakim, un inmigrante ilegal curtido en el destierro?
En "La isla móvil", Pilar Salamanca recrea el choque de mundos que se encuentran al límite: el lector viaja de los desiertos africanos a la vida mísera de las pesquerías, de los recuerdos de Julia a su conciencia más profunda. En su padre que ya no está, en su marido muerto, en el hombre que ama, la protagonista creerá encontrar el puerto donde concluya su deriva.

Pero la soledad la enfrentará con su propio destino. Y ese descubrimiento trastocará la noción de sí misma. En esta novela de intentos frustrados, los seres humanos escapan de su pasado allí donde la tierra termina y el mar circunda la isla que cada persona parece llamada a ser.

"Integrales", el libro que le consolidó como un poeta adelantado a su tiempo, reivindica al hombre europeo con una escritura visual, libre en cuanto a su forma y contenido. Influido por distintas corrientes van-guardistas de la época, como el constructivismo, Kosovel experimenta con la comunicación plástica de la palabra escrita.
En estas composiciones poéticas con elementos gráficos y matemáticos surge una poesía entrecor-tada que, utilizando técnicas como el collage o el telegrama, reflexiona sobre la realidad del hombre moderno en un presente que cambiaba vertigino-samente durante la primera mitad del siglo XX.
Si "Integrales" responde a una literatura que se proyecta en la experimentación del momento, Kosovel se muestra –con una intensidad descon-certante– como un joven escritor que, ante la nece-si-dad de explicar el mundo que le tocó vivir, creó una poesía de una madurez sorprendente para su corta existencia.

La visión del mundo que está en el fondo de Alisios, una obra de estricta vocación estética, responde a lo que Nietzsche propuso como “el sentido de la tierra” y descubre la idea de que no necesitamos un dios ni una promesa ultraterrena para vivir, e incluso gozar de la vida, de un modo enteramente afirmativo.
Pero como la poesía, tal como lo advirtió Mallarmé, se hace con palabras, y no con ideas ni sentimientos ni sensaciones, en Alisios el poeta habita la memoria y el paso del tiempo mediante las palabras que se escuchan ante el silencio. La inmensidad del mundo se enfrenta a la infinitud de los poemas que intentan plasmar lo real, lo que siempre se escapa de las manos.
La palabra, testamento de la existencia del mundo, se aferra a un paisaje pleno de sentidos con una realidad filosófica paralela, porque el poeta no puede desligar su creación de la vida, si persiste el vacío del hombre moderno. De la misma manera que “arde el ser dentro de uno, arde fuera de uno”, escribe Josu Landa.