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El Concilio Vaticano II (1962-1965) se convirtió pronto en un símbolo de la renovación global de la Iglesia. Inaugurado bajo el impulso profético de Juan XXIII, y llevado a término por Pablo VI, más de 2.500 Padres conciliares participaron en sus trabajos. La amplitud de temas tratados resulta asombrosa: la reforma de la liturgia, los medios modernos de comunicación, la Iglesia y su misión en el mundo actual, la revelación divina y la Palabra de Dios, las Iglesias orientales católicas, las relaciones entre judíos y cristianos, la libertad religiosa, el papel de los laicos en la Iglesia, el ministerio y la vida de los presbíteros, su formación teológica y espiritual, la renovación de la vida religiosa, la tarea pastoral de los obispos. Ambos pontífices tuvieron una influencia decisiva en las resoluciones de este concilio preocupándose especialmente por promover el encuentro de las iglesias cristianas separadas y el diálogo con otras religiones.
Este segundo volumen del Martirologio matritense del siglo XX ofrece la primera visión de conjunto de los 661 religiosas y religiosos (107 y 554 respectivamente) que fueron asesinados en Madrid durante la gran persecución de 1936 a 1939. El primer volumen recogía una panorámica semejante de los 426 sacerdotes y seminaristas diocesanos víctimas de la misma persecución en Madrid. De estos religiosos y religiosas, 410 han sido reconocidos ya oficialmente por la Iglesia como mártires y de bastantes otros se ha incoado el proceso de canonización. Son hombres y mujeres que podríamos calificar en su mayoría de personas corrientes, fieles a su vocación, con sus virtudes y sus defectos, pero que en el momento de la prueba no retrocedieron y dieron su vida por Cristo y por la Iglesia, perdonando a quienes se la arrebataban, a veces en medio de terribles torturas. Muchas religiosas fueron, además, víctimas de abusos y violaciones. La Iglesia está obligada a recordar este testimonio de fidelidad a Cristo de sus mártires, aun lejos de todo deseo de revancha o enfrentamiento. No olvidando a ninguna de las víctimas de ese tiempo dramático, los cristianos guardan de modo especial la memoria de los testigos del Dios de la misericordia, intercesores en el afán de lograr un mundo más pacífico y justo en el que nadie sea perseguido por sus convicciones, religiosas o no.
Este libro del profesor Vittorino Grossi sobre la vida, obra y legado histórico de san Agustín es el fruto maduro de veinte años de magisterio en la Pontificia Universidad Lateranense, y de cinco décadas de investigación y docencia en el Instituto Patrístico «Augustinianum» de Roma. La exposición de los temas refleja perfectamente su amplio conocimiento ?tanto orgánico y sistemático, como en detalle? de los variados aspectos estudiados durante los largos años de paciente investigación en torno a la monumental obra agustiniana. Se trata, sin duda, de un instrumento que, nacido con el propósito de ser un suplemento científico a las obras completas del santo de Hipona publicadas por la BAC, resulta de suma utilidad para adentrarse certeramente en el conjunto de la vida, los escritos y el pensamiento del insigne Doctor de la Iglesia.
Albino Luciani ?Juan Pablo I? es el quinto pontífice del siglo xx en subir a los honores de los altares. Pero ¿quién fue este anteriormente patriarca de Venecia cuyo papado duró treinta y tres días (del 26 de agosto al 28 de septiembre de 1978), y que despertó interés y simpatía no solo entre los católicos? ¿Y qué queda de su pontificado? Seis autores responden con escritos que investigan, entre otras cosas, la presencia de Luciani (y de muchos papas imaginarios, aunque no tanto) en la literatura y el cine. Los textos vienen de manos de cuatro historiadores: Sylvie Barnay, Roberto Pertici, Gianpaolo Romanato y Giovanni Maria Vian, del escritor Juan Manuel de Prada y del crítico de cine Emilio Ranzato. Giovanni Maria Vian describe la trayectoria vital y la suerte que corrió Luciani examinando algunos puntos: la problemática cuestión de la santidad papal; la proyección mediática de su brevísimo pontificado; el éxito editorial de sus escritos cuando todavía era patriarca de Venecia; los setenta días que permitieron definir el año 1978 como «el año de los tres papas», desde la inesperada desaparición de Pablo VI, el 6 de agosto, hasta la elección de Karol Wojty?a, el 16 de octubre; la misteriosa inminencia de la muerte en los últimos meses de la vida de Luciani y su repentino final, con la inmediata multiplicación de sospechas y explicaciones