Érase una vez una gran fiesta donde no faltaba de nada: buenos amigos, banderitas de colores, música alegre y un gran pastel. A media celebración, surge una pregunta que siembra la duda entre los invitados, y, de repente, la gran fiesta se convierte en un pequeño caos. Alarmados, los asistentes intentarán resolver la duda sin saber que, quizás, la solución está más cerca de lo que creen… o no.

Vet aquí que una vegada hi havia una gran festa on no hi faltava de res: bons amics, banderetes de colors, música alegre i un gran pastís. A mitja celebració, sorgeix una pregunta que escampa el dubte entre els convidats, i, de sobte, la gran festa es converteix en un petit caos. Esverats, els invitats intentaran resoldre el dubte sense saber que, potser, la solució és més a prop del que es pensen… o no.

Estoy convencido de que habéis oído hablar mil veces de la civilización egipcia, de las pirámides y de los faraones. Y en medio de este fascinante mundo, seguro que también os suena mi nombre, el faraón Tutankamón.
Mi vida fue corta pero intensa. A los nueve años ya era el faraón de Egipto y estaba casado, y durante mi breve mandato tuve que tomar decisiones que marcaron la historia deEgipto.