En los países cristianos poca gente ha oído hablar de la primera mujer de Adán: Lilith. Se trata del mito que explica la aparición del mal en el mundo. Lilith sintetiza toda la subversión de la moral cristiana y ha sobrevivido a lo largo de los siglos en la literatura apócrifa y en las tradiciones judías antiguas como la madre de todos los demonios. Esta figura de la mitología antigua que en la postmodernidad se ha transformado en una reivindicación feminista, es profundamente estudiada en esta obra, que explora la evolución del mito en las literaturas europeas, analizando su presencia desde las mitologías sumerio-mesopotámica, grecolatina y hebrea, en figuras como Clitemnestra, Medea, las brujas, y otras mujeres aterradoras de la literatura clásica y moderna. A través de un detallado estudio teórico y crítico, Eetessam Párraga traza una línea temporal que muestra cómo el arquetipo de la mujer fatal ha sido esencial para el desarrollo antropológico del cristianismo, evolucionando en la literatura desde la Edad Media hasta el siglo XIX. El libro destaca la importancia de personajes como Eva y Lilith en la construcción de este arquetipo, explorando su representación en diferentes épocas y cómo han influenciado la percepción de la mujer en la sociedad actual.
La desobediencia de las palabras, de Juan Carlos Mestre, es un recorrido por una de las obras más personales y seductoras de la poesía española contemporánea. Desde su primer libro, La visita de Safo (1985), hasta 200 gramos de patacas tristes (2019), su última entrega, la palabra poética de Mestre ha dibujado, a lo largo de cuatro décadas, un trayecto sustentado en dos elementos básicos: la mirada crítica hacia el mundo, y la apuesta por un lenguaje vivo, lleno de iluminaciones, de quiebros imprevistos, de imágenes deslumbrantes. La emoción y la memoria, los paisajes y las ciudades, las grandes convulsiones vividas por la Humanidad y las gestas de los humildes respiran en su poesía haciendo de ella un lugar de encuentro entre la cultura más depurada y a la vez compleja ùque viene de Rimbaud, de Keats, de Gramsci o Lèdo Ivoù y la tradición que se encarna en la labor del sastre, del panadero, de las víctimas de la Historia.
Ramón Bascuñana (Alicante, 1963). Licenciado en Geografía e Historia. Ha publicado Hasta ya no más nunca (1999), Quedan las palabras (2000), Tal vez como si nunca (2001), Los días del tiempo (2002), Liturgia de la profanación (2002), Retrato de poeta con familia al fondo (2003), Ángel de luz caído (2005), Vera Efigies (2005), Las avenidas de la muerte (2005), Impostura (2006), La piel del alma (2006), Donde nunca ya nadie (2008), El gesto del escriba (Antología, 2009), El centro de la sombra (2014), Cincuenta por ciento (2014), El humo de los versos (2016), Desnuda luz de la melancolía (2016), Cuaderno de preposiciones (2017), 6seis6 (2018), El dueño del fracaso (2019), Artículos de primera necesidad (2020), Voz en Over (2023), Anotaciones a pie de página (2023).
Nos enorgullece recuperar el deslumbrante poema épico Omeros, del Premio Nobel Derek Walcott, en la maravillosa versión del poeta mexicano José Luis Rivas.
Entre los diversos avatares que el aura legendaria de Homero y su obra han conocido a lo largo de la historia de las letras inglesas, acaso los dos más asombrosos sean el Ulises de Joyce y el Omeros de Walcott. Como en la Ilíada («Omeros» es el nombre de Homero «en la antigua lengua de las islas», invocado por una muchacha griega, Antígona, exiliada en América), la historia comienza con la rivalidad por el amor de una mujer. No es una princesa sino una negra criada antillana, y quienes luchan por ella no son reyes sino pescadores, pero el rostro de Helena es de aquellos en que los dioses «consagran toda la belleza de una raza». Ella ama a Aquiles pero le deja por Héctor, y un día en que el pueblo se prepara para una fiesta, el amante desdeñado zarpa de Santa Lucía, y en un sueño iniciático y un viaje a través de siglos es devuelto a la tierra de sus antepasados, en la costa occidental de África. Y mientras Aquiles va tras sus raíces, otro personaje clave de la obra, Dennis Plunkett, el blanco, el colonizador, el eterno marginal en un pueblo que ama, también cumple su personal odisea: tras sucumbir al encanto de Helena (en otro tiempo la isla se llamó como la muchacha), se convierte, por amor a ella, en un experto en la historia del lugar, así como en sus batallas.
El narrador –el propio Walcott, aprendiz de brujo de Homero–, ha nacido allí pero vive en Boston, ha viajado por el mundo y vuelve para visitar a su madre viuda, y también él es arrastrado por las corrientes y contracorrientes que unen y separan a los personajes del poema, y también él queda fascinado por Helena.