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Al principio eran las montañas
T. S. Norio
Editorial: LA ULTIMA CANANA DE PANCHO VILLA Fecha de publicación: 30/12/2017 Páginas: 20Formato: Rústica, 21 x 15 cm.
«Al principio eran las montañas. Yo vengo de un baile bergomasquino, sin un solo cornijal y con muchos cembrios. Un cornijal es una punta, un ángulo, una esquina, el lienzo con que se enjugan los dedos los sacerdotes después del lavatorio en sus misas. Eso es un cornijal, y un cembrio, un cembrio es la parte superior de la ladera de una montaña muy batida por el viento, pero que ofrece, en tiempo de nieve o de cellisca, cuando arrecia el temporal de agua y nieve muy menuda, impelidas con fuerza por el viento, paso fácil al viandante, y así el viandante puede bajar a salvo a los cembos, a las márgenes, a los bordes, a los caballones de tierra que forman las orillas y limitan los ríos, las acequias todas y todos los arroyos. No hay dinero que pague eso, volver, castañeos abajo, al río, ni guelte ni caudal ni hacienda ni bienes ni moneda corriente.»
Así comienza este raro y curioso cuaderno, una exploración poética por las numerosas palabras -muchas, olvidadas- de la lengua española que describen los caminos y los montes, al tiempo que una declaración de reverencia a las montañas.