A Gabriel Santaló le espera una larga noche de insomnio en la que recorrerá los laberintos del Centro Histórico de la Ciudad de México para esperar a María –excéntrica pintora y antigua amante– bajo el asta de la bandera del Zócalo capitalino. La historia está situada en algunos de los rincones más mágicos de México y reúne a personajes inolvidables: una nana caribeña, un inventor de jaulas de pájaros, un emperador noviero, un librero de Tepoztlán, un sauce majadero, una poeta yucateca y un periodista aventurero. Todos giran alrededor de la figura mística de María, princesa de Tepoztlán con ojos de oro mexica y pies descalzos que echaron raíces en la montaña.

En 1995, el velero Alcóntar naufraga en el Cabo de Creus, cerca de Cadaqués. La francesita Gala —nombrada así en honor a la musa de Salvador Dalí— creció pobre en el Cementerio de Père-Lachaise, junto a su perro Hugo y su padre Gérard, pintor fracasado. Años después de aquella infancia, Gala altera irremediablemente la vida de los hermanos Borja de Sáenz —Felipe y Nicolás— y la de Beatriz Viesca, cuando los cuatro viajan a Cadaqués en el verano de 1995.
Elena Carpio, editora mexicana, recibe en el café Old Navy, en París, un manuscrito que la llevará a Barcelona. Ahí se verá inmersa en un misterio intrincado y profundo, y se enfrentará a personajes poderosos y enigmáticos: la francesa Dominique Vien, el directivo de La Caixa Germán Vilaseca, el editor de Planeta Guillén Castells y el detective privado Carvajal. Todos giran en torno a una sola cosa: el manuscrito anónimo La otra Gala de Cadaqués.