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Tras la reciente muerte de su esposa después de una larga enfermedad, el historiador de arte Max Morden se retira a escribir al pueblo costero en el que de niño veraneó junto a sus padres. El pasado se convierte entonces en el único refugio y consuelo para Max, que rememorará el intenso verano en el que conoció a los Grace (los padres Carlo y Connie, sus hijos gemelos Chloe y Myles, y la asistenta Rose), por quienes se sintió inmediatamente fascinado, y en el que se inició a la vida y sus placeres –la amistad y el amor– pero también, al dolor y la muerte. "El mar", ganadora del Premio Man Booker 2005, es una conmovedora meditación acerca de la pérdida y el poder redentor de la memoria.
Una casa de campo en algún lugar de la Toscana, en el último año del siglo XX. Tristano, que ha combatido por la libertad de su país bajo ese nombre, tomado de un personaje de Leopardi, llama a la cabecera de su cama a un escritor que en otro tiempo se inspiró en él para escribir una novela. Pero ¿es posible inscribir en el cuadro de un relato la geometría ambigua de la vida, con contradicciones, dudas, omisiones, deseos incumplidos, recuerdos falsos o imaginados? ¿Qué es el heroísmo? ¿Qué es la cobardía? ¿La traición? Durante su agonía, Tristano recompone un pasado inabarcable y bosqueja un fresco de casi sesenta años de la historia de Italia, con sus tragedias y sus simulacros, hasta la irrupción del último avatar tiránico, el de la estupidez televisiva.
Se dice que la vida de Duchamp es su mejor obra de arte, pero ha habido que esperar a la publicación de la monumental biografía de Calvin Tomkins para comprender la interacción entre su vida y su obra. Duchamp decidió instalarse en París poco antes de que el cubismo revolucionara la pintura. A pesar de coincidir con ese hito histórico, a lo largo de su existencia se trazaría siempre su propio camino: una aventura en la que concebía el arte como una "cosa mentale", en el espíritu de Leonardo da Vinci. Fue Duchamp quien planteó, radicalmente, que el arte debía tener una realidad propia y abandonar la mera imitación. Duchamp colocó el arte al servicio de la mente y fue precisamente ese deseo lo que socavó sigilosamente quinientos años de arte occidental hasta transformarlo por completo. Un texto soberbiamente escrito que revela la originalidad del artista y que cautivará a todos los interesados en el arte con sus más de cien reproducciones y fotografías poco conocidas.
Julian Barnes, aficionado tardío a los fogones, cuenta en esta exquisita obra sus divertidas experiencias y aventuras entre sartenes y cazuelas. Quien haya cocinado alguna vez sabe que entre la receta que aparece en un libro de cocina y el plato que uno ha preparado se puede abrir un abismo: lo primero con que se topa el cocinero aficionado son, sobre todo, las dudas. ¿Cuán grande es una cebolla mediana? ¿Qué significa fuego medio? ¿Cuánto cabe en una pizca? Todo aquel para quien la cocina sea un hobby revivirá con este libro sus esforzados intentos, maldecirá los libros de cocina y sus ilustraciones a todo color, probará salsas y contemplará desolado un suflé despachurrado. Y repetirá agradecido la resignada consigna: esto no es un restaurante. Guarnecida con apetitosas ilustraciones, "El perfeccionista en la cocina" es una lectura desopilante que ninguno de los admiradores de Julian Barnes querrá perderse. Todo un placer.