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"Publicación periódica feminista", se subtitula esta revista semestral, de la que aparece ahora (mayo de 2010) su número cero. Con un formato más que atractivo, un talante abierto y una voluntad militante, recoge artículos más o menos largos sobre las leyes de discriminación positiva, sobre la inmigración desde la mirada feminista, sobre Artemisa Sentileschi, sobre la "desobediencia en el amor", y una docena de temas más, además de un monográfico de 20 páginas sobre el aborto.
"El 1 de enero de 2010 la población inmigrante empadronada en el Estado español ascendía a 5,7 millones de personas. Pese al recrudecimiento de los controles policiales racistas, del encarcelamiento enb los Centros de Internamiento de Extranjeros y de las expulsiones, la política migratoria española no ha producido fundamentalmente inmigrantes expulsados sino inmigrantes amenazados de expulsión. En análisis de la Ley de Extranjería y su contextualización en la historia de las migraciones en el capitalismo europeo revela el verdadero sentido de la política migratoria: instaurar el miedo y la inseguridad para la explotación de un trabajao barato y servicial, imprescindible para el crecimiento de la economía española. La crisis no traerá consigo el retorno masivo de la población inmigrante, sino la intensificación de este modelo."
Eduardo Romero es autor de los libros A la vuelta de la esquina. Relatos de racismo y represión (2008) y Quién invade a quién. El Plan África y la inmigración (2007).
«"Desde agosto de 1996 hasta el 30 de mayo de 1997 se desencadenaron una serie de acontecimientos en el conflicto colombiano de los cuales yo creía ser un mero espectador . Los hechos, aparentemente tan lejanos, tocaron a mi puerta y cambiaron mi vida hasta el punto de tener que optar por el exilio. Exilio que no equivale a silencio".
Así comienza el relato de Ricardo Ferrer y Nelson Restrepo, denuncia rotunda de la política paramilitar de masacres y desplazamientos forzados a la que es sometida la población civil colombiana. Mientras, Álvaro Uribe, responsable directo de esa política, recibe premios a la libertad en Europa...»
Prólogo de Carlos Alberto Ruiz Socha.
Mathieu Corman, periodista, editor y viajero belga buscaba una revolución para vivirla, para contarla, y la encontró en los primeros días de octubre de 1934, cuando, mientras hacía turismo por el norte de España, le sorprendió la Revolución de Asturias"
"En un pueblo donde nos hemos detenido para comprar provisiones, nos enteramos de la sensacional noticia: la provincia de Asturias se ha constituido como estado comunista independiente […]. Nuestra elección está clara. ¡Iremos a Asturias!"
Incendiarios de ídolos es la crónica de su viaje para entrar en Asturiss, las voces de las personas que encontró a su paso y el relato, casi fotográfico, de una tierra en llamas. Se trata de uno de los escasos testimonios, si no el único, de un periodista extranjero que vivió la experiencia en pleno desarrollo de los acontecimientos.
Prólogo de Santiago Alba Rico. Ilustraciones de Amelia Celaya.
"No hace falta ir a Senegal ni a Mauritania ni a Iraq; ni seguir las migas de sangre -a la inversa que en los cuentos- hasta el corazón del bosque. El corazón está aquí. La colonia está aquí. A veces viajamos muy lejos, recorremos enormes distancias, para no tener que doblar la esquina. A veces corremos grandes riesgos, vibrantes aventuras al igual y al revés que los inmigrantes- para ignorar trabajosamente la realidad. El libro de Eduardo Romero hace exactamente lo contrario: desde Asturias, desde la ciudad de Oviedo, reproduce todo el mecanismo “negrero”, los trayectos individuales, las estructuras económicas, la violencia institucional, los acomodos simbólicos que sitúan a España, y a Europa entera, al margen del Derecho Internacional y fuera del marco de las naciones civilizadas." (Del prólogo de Santiago Alba Rico).
"La transformación de las ciudades en escaparates decorativos de la última gran obra del autor de turno; el negocio de las empresas inmobiliarias que nos imponen una necesidad irreal –la construcción de edificios sin fin– frente a los problemas, muy reales, del acceso a la vivienda; la destrucción de edificios antiguos, casas o cines para sustituirlos por grandes superficies comerciales…; todo ello nos lleva a plantear en qué tipo de ciudades queremos vivir"(...).